Cristo comenzó su ministerio público con el bautismo. En esos días, Juan el Bautista estaba llamando a la gente a confesar sus pecados y a demostrar su arrepentimiento mediante la inmersión en el río. ¿Por qué, entonces, el inmaculado Jesús pidió ser bautizado?
El Señor Jesús comisionó a sus seguidores a ir y hacer discípulos, “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mt 28.19). A medida que la iglesia primitiva difundía el mensaje del evangelio, la respuesta de fe del nuevo creyente era el bautismo. Lo cual indicaba públicamente que la persona era ahora seguidora de Jesucristo.